1. Porque utilizar software de Microsoft te produce sarpullidos por todo el cuerpo
Es una enfermedad tan válida como cualquier otra. Simplemente, hay gente que no puede ni oír hablar de Microsoft y que, al contacto con cualquier producto de la compañía, le salen sarpullidos por todo el cuerpo. Por supuesto, estoy exagerando, pero eso no quiere decir que no haya una buena cantidad de gente que realmente odia todo lo relacionado con los de Redmond y que, ni mucho menos, van a utilizar su SO.
Es una enfermedad tan válida como cualquier otra. Simplemente, hay gente que no puede ni oír hablar de Microsoft y que, al contacto con cualquier producto de la compañía, le salen sarpullidos por todo el cuerpo. Por supuesto, estoy exagerando, pero eso no quiere decir que no haya una buena cantidad de gente que realmente odia todo lo relacionado con los de Redmond y que, ni mucho menos, van a utilizar su SO.
2. Porque eres un feliz usuario de otra plataforma o sistema
Si estás contento con cualquier otra plataforma, ya sea Linux, Mac o una calculadora científica, ¿por qué vas a rascarte el bolsillo para adquirir Microsoft Windows? Ya se sabe que más vale pájaro en mano que cientos de ventanas volando.
3. Porque eres incapaz de vivir sin recompilar el Kernel
Recompilar el kernel es algo más que una necesidad o una afición, es un modo de vida. Hablando en serio, hay personas que disfrutan toqueteando hasta lo más profundo de su SO, literalmente hablando. Una operación que pueden llevar a cabo en algunas distribuciones de Linux, y no en Windows o Mac.
4. Porque es uno de los sistemas más vulnerables
Malware, virus, troyanos, gusanos, publicidad… unas palabras que oirás con demasiada frecuencia en Windows. Al encontrarse instalado en la mayoría de ordenadores del mundo resulta un bocado demasiado jugoso para los malvados desarrolladores de todo este tipo de amenazas. Esto, unido a la tardanza del gigante de la informática por parchear sus vulnerabilidades, lo convierte en uno de los sistemas más vulnerables.
5. Porque no tienes ni un duro
Entre que la licencia de Windows ya te cuesta un riñón y que las nuevas versiones requieren un buen ordenador, que tendrías que adquirir con el otro riñón que te queda, Windows sale caro si lo comparamos por ejemplo con distribuciones gratuitas de Linux.
6. Por exigencias profesionales o estudiantiles
Ya vimos que el jefe siempre tiene razón. El profesor, también. Por tanto, si en tu trabajo o estudios te hacen utilizar Linux -cosa bastante común, por otra parte- sería una buena idea también que lo instalaras en tu ordenador de casa.
7. Porque tienes pantallazoazulfobia
No podía faltar en esta lista el renombrado pantallazo azul. Caso típico: la última vez que utilizaste Windows estabas redactando un documento de 30 páginas cuando de repente se bloqueó, reinició y acabó con tu paciencia, y tu documento, de forma fulminante. Aún no te has recuperado. Lo cierto es que no es tan común en las últimas versiones de Windows, pero no incluirlo aquí sería una aberración contra la historia de la informática.
8. Porque tienes un iPod, un iPhone, un iMac, usas iTunes…
De acuerdo, iTunes funciona perfectamente en Windows, pero, ya que tienes toda la gama de la manzana, ¿la vas a mancillar utilizando Windows? Si por lo menos tuviera una “i” antes del nombre, otro gallo cantaría, pero si no… ¡De ninguna manera!
9. Porque no es cool
Lo tiene casi todo el mundo, lo cual lo degrada automáticamente a la categoría de no-cool. Si quieres destacar y ser el amo de las fiestas (informáticas), será mejor que optes por algún otro sistema minoritario que obligue a la gente a preguntarte “¿Y eso qué es?”
También puedes optar por algún sistema donde las ventanas hagan piruetas con triple tirabuzón en 3D mientras se difumina en partículas de colorines. Luego, que sirva para algo o no es lo de menos, lo importante es que nadie podrá decirte que no es cool.
10. Por el bien de la humanidad
Hay quien defiende que las grandes compañías como Microsoft tienen el afán de dominar el mundo. Si quieres ser un héroe, puedes unirte a la resistencia y utilizar cualquier otro sistema. Quizá algún día los hijos de tus hijos te lo agradezcan, o no.